Casi hará un año que GCT trasladó su despacho a la antigua fábrica de Can Cardona situada en medio del centro histórico de Sant Just Desvern dentro de la era de la antigua masía de Can Cardona. Ésta, formaba parte del antiguo conjunto de masías del centro del pueblo conformado por Can Campreciós, la desaparecida Can Rodes y la propia masía de Can Cardona. Este conjunto configuraba la actual Plaza de Jacint Verdaguer, primitivamente llamada Casa de la Vila por su proximidad a la casa consistorial.
En sus inicios, la masía de Can Cardona era un edificio de vivienda y masovería, y destinaba sus espacios exteriores a la cría del ganado, gallineros, cuadros para animales y almacenes. Este uso se mantendría hasta el año 1945, cuando se construyó el edificio que más tarde se conocerá como la “fábrica” para acoger una industria de elaboración de embutidos. El proyecto es obra del arquitecto Josep Alemany, quien durante un tiempo fue arquitecto municipal y desarrolló numerosos e importantes proyectos y obras en Sant Just Desvern. Posteriormente, en los años 70 se construyeron los bloques de viviendas que acaban cerrando el conjunto edificado por el lado del Pasaje de Daniel Cardona, delimitando la era que permanece abierta hacia la Plaza Jacint Verdaguer por su parte de mediodía.
En 1956 la fábrica de embutidos “La Verneda” desaparece y en el edificio se instala una empresa de resinas sintéticas dedicada a la fabricación de baquelita que estuvo de 1957 a 1962, hasta que un pequeño incendio que afectó al edificio.
En 1963 la farmacéutica Prodes, S.A. reforma de forma muy importante los tres niveles o plantas interiores del edificio para instalar sus dependencias y laboratorios. Durante su estancia en la fábrica hasta 1976, la farmacéutica dio trabajo a muchos habitantes de Sant Just Desvern, en un momento en que la población del municipio no llegaba a los 10.000 habitantes.
Cuando Prodes, S.A. se trasladó al polígono del Pont Reixat, la antigua fábrica acogió el “Centro Médico Preventivo Sant Just”. Para poder acoger este centro se instaló calefacción en todo el edificio y se aumentó potencia de luz y agua, ya que se disponía de servicios de saunas y piscinas. Estuvieron en el edificio hasta el año 1981.
El último uso de larga duración que se instaló en la antigua fábrica fue del 1981 al 2014 cuando sirvió de almacén y preparación de pedidos de la empresa “Interseda”, fabricantes de pañuelos. Esta actividad básicamente ocupó la planta baja con acceso desde la era de la masía y oficinas a la planta superior, y durante su estancia no hicieron ninguna modificación en el edificio.
En febrero de 2021, GCT Arquitectos apostó por dar un nuevo uso al edificio que llevaba bastante tiempo vacío, rehabilitando el edificio para instalar sus oficinas. Hay que tener presente que la masía de Can Cardona, a la cual está adosada la antigua fábrica, es un edificio patrimonial catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) desde el año 1987 y, por lo tanto, la intervención tenía que ser cuidadosa recuperando y poniendo en valor el edificio, y especialmente algunos de sus elementos interiores como es la estructura principal de la cubierta, asegurando la correcta convivencia con el bien catalogado.
Para este trabajo de recuperación y re-habitación, o de dotación de un nuevo uso, se llevó a cabo un exhaustivo trabajo de documentación de los elementos constructivos principales del edificio, de los usos y condicionantes que lo habían configurado y, en general, de las transformaciones que había tenido el edificio a lo largo del tiempo.
GCT, con su apuesta comprometida con la rehabilitación de este edificio, quiere poner de manifiesto la relevancia del mismo desde el punto de vista patrimonial; pero también desde una vertiente inmaterial reconociendo y dando valor al uso y a las historias alrededor del mismo. Estas han sido importantes para muchas familias del pueblo que trabajaron en él durante los años sesenta y setenta, además obviamente de para la familia Cardona propietaria del mismo edificio; y a partir de ahora, también para nosotros.